viernes, 13 de mayo de 2011

La ciudad sin niños

Nunca podremos olvidar el miércoles 11 de Mayo de 2011.
Ese día nuestra inocencia nos fue arrebatada.

No puedo explicaros el dolor que siento porque apenas parece real.
No soy capaz de asimilar todavía que la casa donde he vivido 20 años es prácticamente un edificio en ruinas. De golpe y porrazo te quedas en la calle y todo lo vivido hasta ese momento se
transforma en una mentira.

Te despiertas de una pesadilla para vagar en otra, y no puedes pagar tu frustración con nadie. No puedes partirle la cara a ningún responsable, sólo te queda cerrar el puño y hacerte sangre en la palma de la mano.

Es difícil no llorar. Ya no por ti, si no por tus padres que han visto desmoronarse el esfuerzo de una vida entera de trabajo. Los admiro, me muestran una fuerza digna de respeto que, por algún motivo, a mi se me escurre entre los dedos.

Ya nunca te veré como ayer, Lorca. Ya nunca recorreré las mismas calles, todos nuestros parques.Ya nunca será lo mismo. La tristeza se ha instalado en cada esquina y todo parece un poco más gris.

Aún no he vuelto y ya te siento llorar, te encoges como un corazón febril y recubierto de escombros.
¿Qué vamos a hacer ahora?
¿Qué coño se supone que vamos a hacer ahora?
Destino. Dios. Karma... me da igual como te llames.
Te has pasado de la raya.

¿Por qué la balanza se inclina cada día un poco más?