miércoles, 15 de diciembre de 2010

De lobos y ovejas:

Lo que sigue es tan sólo mi opinión. Acepto, como siempre, cualquier crítica, pero no pretendo defenderla, justificarla ni extenderla, pues no es más que una opinión y mi única intención es comunicarla. Que eso cuente en mi descargo.





Seguramente estéis informados acerca de las últimas filtraciones de información confidencial publicadas por Wikileaks, y del boicot que está llevando a cabo el gobierno de los Estados Unidos y por el cual la organización perdió su nombre de dominio web, fue congelada una cuenta bancaria con donaciones, y empresas como MasterCard, Visa o PayPal le prohibieron hacer uso de sus servicios para obtener donativos.
A modo de respuesta (y según ellos reivindicando a favor de la Libertad de Expresión), el grupo conocido como Anonymous llevó a cabo una serie de ataques DDoS que consiguieron colgar los servicios por internet de dichas empresas durante unas horas.


Sigo. Haciendo referencia a esto y comparandolo con la famosa "ley Sinde" que está a punto de aprobarse en España(si no estás al tanto una búsqueda en google te informará al respecto) alguien escribió algo parecido a:


«Señores que se indignan con proyectos de ley que cierran webs sin juicio, pero aplauden con las orejas cuando alguien tumba webs por DDoS.»


Bien. Quizás ya se hayan dado cuenta. O más probablemente aun no. No voy a hablar sobre lo justo o injusto de las acciones de Anonymous. Esa es otra historia que quizás trate en otro momento. Lo que realmente llamó mi atención fue ese comentario, en aparencia simple y coherente, y más aun la cantidad de gente que lo apoyó.

Lo voy a decir claramente: Qué bien amaestrados nos tienen ¿eh?

De verdad han conseguido que pensemos que todos somos iguales, que todos sin excepción disponemos de las mismas libertades, los mismos derechos y los mismos privilegios.
Parece que al final la moralidad apática e impotente en la que todo es comparable entre sí se ha apropiado de las conciencias de, al menos, todos los habitantes del mundo civilizado.

Me estoy refiriendo a esa moral de "no voy a mancharme las manos". Esa moral que nos permite dormir tranquilos (¡e incluso hablar de justicia!) cuando permitimos que un monstruo que ha asesinado a veinticinco personas inocentes pasee libre por la calle transcurridos sólo diez, quince, o a lo sumo treinta años de prisión. Sin contar reducciones por buen comportamiento e inutil rehabilitación.
Esa moral que sostiene que ese chico de 17 años que ha arrebatado la vida a media docena de personas, incluidos sus propios padres, aun merece la oportunidad de vivir su vida en libertad tras "un breve reformatorio". También la que defiende que ese violador que ha destrozado la vida a 50 mujeres (o peor, a 50 niños) aun tiene derecho a que lo defiendan, e incluso a que "se respete" su opinión.


Y aun peor que todo eso: Esa moral nos ha hecho olvidar cómo defender los derechos que con sangre ganaron para nosotros nuestros abuelos.
¿Tengo que ser yo quien os recuerde la calidad de vida de la que "disfrutaba" el proletariado en la época de la revolución industrial? ¿Tengo que venir yo a explicaros que los derechos más básicos se ganaron a base de negarse a trabajar (a costa de sus propios sueldos) y de boicotear a patrones y empresas, sufriendo consecuencias a veces inhumanas?
¿Realmente, con la edad que tenéis, voy a ser yo el primero que os explique la diferencia entre una acción que tiene por objetivo defender tus derechos y lo que no?
¿Os resulta tan sencillo vivir como borregos que insultáis de ese modo la memoria de vuestros antepasados?
Pues no, señores, lamento ser yo quien os lo diga, pues a mí quizás no me creáis, pero aun existen clases y clases.


Esto es un juego, si queréis verlo así, y están los que tienen el poder y los que no lo tienen. Por estadística vas a ser de los que no lo tienen (las ovejas). Y también por estadística, si consigues pasarte al equipo de los que tienen el poder (los lobos), te olvidarás de la gente que no lo tiene. Pasarán a ser tus "rivales". O tu comida, para ser más exactos.
Si creéis de verdad que estamos todos en el mismo equipo, tengo una mala noticia: sois ganado del que alimentarse.


El único modo de no perder la partida es luchando. Y si seguís creyendo que es comparable una reivindicación de derechos con un "abuso de poder", entonces, ovejitas mías, estamos retrocediendo a la casilla de inicio, pues hemos perdido este juego.

1 comentario:

  1. Buen artículo. Tiene calidad para estar colgado de cualquier sitio importante. Te felicito.

    Por cierto, no pareces Rojo, pareces Carmesí.
    Y no digo que eso sea malo ni bueno.

    Estoy de acuerdo contigo en muchos puntos, aunque bien es cierto que mi nivel de desconexión con el mundo ( y por lo tanto de desinformación) es algo alto.

    Un saludo.

    Juan Hernández.

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