lunes, 4 de octubre de 2010

Memorias de un Héroe Caído IV: Determinación

Camino bajo un cielo de mercurio, oculto a medias por nubes de grafito.
Paso a paso, poco a poco. Camino por inercia, sin fuerza que me empuje hacia algún lado. Deambulo sin saber a donde ir, sin plan alguno. Echo de menos las alas... que yo mismo arranqué. Echo de más ser tan humano, tan débil.
Hago cuentas con los dedos: todo ha ido mal. ¿Queda algo que pueda romperse?
Sigo cayendo hacia el abismo, hasta rozar el fondo con mis manos...

Detente. Detenlo. ¡Salva el mundo! o deja que arda.

Por un instante me dejo flotar a la deriva. Me pregunto qué tan placentero será el olvido...

Abro los ojos. Alguien me susurra al oido, me llama por mi nombre.
"Despierta, héroe."
Nadie a mi alrededor, sigo estando solo. Pero alguien a quien no puedo ver me agarra de los hombros y me agita. Sé que me mira con reproche, aun sin contemplar sus ojos.
¿Quién eres para desafiarme? ¡Déjame! ¡¿Por qué has pronunciado mi nombre?!

«Para que siempre recuerdes quién eres...»

«... Para que nunca olvides quién fui.» ... Se me empañan los ojos en lágrimas. La verdad asedia mi corazón. He olvidado demasiadas cosas, he fallado a demasiada gente.
Pero aun debo luchar, o quizás ahora más que nunca. La guerra aun no ha acabado para este viejo soldado.


Por primera vez en lo que me han parecido siglos, una luz anaranjada brilla en el horizonte.
"Dime, viejo amigo, ¿has pintado tú ese crepúsculo para guiarme hacia donde estás? Mantenlo así, voy en camino, no dejes que me vuelva a perder. Por favor."

«Tirad a la basura esa corona de flores.
Alimentad el fuego. Mantened encendido el faro.
Un Héroe regresa a Ítaca.»

1 comentario: